En Kaito, entendemos el sashimi como el principio de todo. No hay adornos, no hay artificios. Solo el producto en su estado más puro, elevado por la técnica precisa del corte y el respeto absoluto por su sabor natural.
El sashimi es la prueba de fuego de cualquier barra japonesa: aquí no hay lugar para esconderse. Por eso, en Kaito trabajamos con pescados seleccionados cuidadosamente por su frescura, textura y equilibrio, que nuestro chef Koichi convierte en piezas que rozan lo ceremonial.
Una selección que habla por sí sola
Cada corte es una historia distinta. El salmón, con su equilibrio entre grasa y suavidad, se desliza por el paladar como seda. El pargo, firme y delicado, aporta una elegancia sutil. El atún es intensidad en estado puro, mientras que el toro, su parte más noble, se deshace como mantequilla en la boca. El hamachi, con su matiz ligeramente dulce, es un descubrimiento para quienes buscan algo diferente.
Y para los más curiosos, el Omakase Kaito Especial ofrece un recorrido por todos ellos. Una experiencia pensada para disfrutar sin prisas, como se hace en Japón, dejando que cada sabor hable por sí mismo.
El corte como arte
En manos del chef, el cuchillo no solo corta: interpreta. La forma en que se presenta el sashimi, el ángulo del filete, el grosor exacto… todo responde a un conocimiento profundo del producto y a una sensibilidad que solo se adquiere con años de experiencia. Es la pureza del mar llevada a su máxima expresión.
